Ubicada en el sur de Francia, este conjunto medieval declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997, es considerado uno de las ciudades turísticas mas visitadas. ¡Y nosotros que pasábamos cerquita no nos pudimos resistir!
Si quieres conocer los imprescindibles de la ciudad fortificada, sigue leyendo.
Comenzamos nuestra visita acercándonos a las murallas para entrar por la Puerta del Aude, según caminas por ella te teletransportas irremediablemente a otra época.
Como nuestro alojamiento se encuentra fuera de las murallas es la entrada mas cercana a la ciudadela, apenas tenemos que caminar 10 minutos entre calles con encanto para llegar a ella.
Desde este punto podemos tener también la primera visión de la doble muralla de 3 km de longitud con 52 torres.
Una vez dentro de la ciudadela nos dirigimos al Castillo condal, una visita que no queremos perdernos.
La entrada además de das acceso a distintas salas del castillo, nos permite recorrer los pasillos del alto de las murallas ofreciéndonos vistas tanto de la ciudadela como de los paisajes que la rodean.
Precio de la entrada:
- Entrada normal: 9 euros
- Entrada sin colas: 9,5 euros
- Ciudadanos de la UE menor de 26 años (mostrar DNI) : gratuito
- Persona con movilidad reducida (mostrar carnet de acreditación) y acompañante : gratuito
- De octubre a marzo, primer domingo del mes: gratuito
Horarios:
- Octubre a Marzo de 9.30h a 17.00h
- Abril a Septiembre de 10.00h a 18.30h
Desde la muralla podemos disfrutar de una perspectiva distinta de la Basílica de Saint Nazaire del Siglo XIV, habíamos leído que su interior era de merecida visita por su vidrieras, pero durante nuestra visita la Basílica se encontraba cerrada por mantenimiento, por lo que nos tuvimos que conformar con la panorámica desde la muralla.
Tras bajar de las murallas comenzamos a callejear por las sinuosas calles mezclándonos con los pocos viandantes que encontramos, estoy segura que en temporada alta las calles serán un hervidero de sonidos. En nuestro paseo nos encontramos con pequeñas tabernas que invitan a sentarse.
Caminamos hasta salir por la puerta principal de la ciudadela, la puerta de Narbona. Esta puerta del siglo XIII es la utilizada por la mayoría de los visitantes por la gran oferta de hoteles que se encuentran en la zona y por disponer de un amplio parking para dejar los coches.
Para finalizar nuestra visita caminamos hasta el puente de Puente Viejo de Carcasona para apreciar la ciudadela desde lejos. Sin lugar a dudas es un buen lugar para fotografias la ciudadela con sus murallas.
¿Donde alojarse en Carcasona?
Nuestro alojamiento Au Pied de la Cité en Carcasona fue todo un acierto. Su ubicación inmejorable en una calle preciosa cerca de la muralla facilito nuestra visita a pie a la ciudadela. La casa que se encontraba impecable disponía de todo lo necesario para la estancia y el precio fue super económico. La única pega es que no dispone de ascensor y las escaleras no son muy cómodas si no eres ágil.
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