Comenzamos el día a las 6 de la mañana con la visita al Templo Edfu, una de las visitas mas caóticas del viaje.
Para desplazarte del crucero al templo ponen a tu disposición unas calesas, carruaje tirado por un caballo, había leído en otros blog que los guías te ofrecen la posibilidad de ir en coche, no fue nuestro caso, y la experiencia no fue muy agradable. El caballo no se encuentra muy bien cuidado por decirlo de una manera bonita. Si tenéis la posibilidad no contribuyáis a este abuso de los animales.
El Templo de Edfu es el segundo mas grande después de Karnak y uno de los mejores conservados. Esta dedicado al dios de los dioses Horus- Apolo.
Es sin lugar a dudas una de las visitas obligadas si realizas el crucero.
Tras la estresante visita, encontrar tu carruaje entre tanta gente y tantas calesas es una locura, regresamos al barco para desayunar y relajarnos en una jornada con varias horas de navegación.
A las 12 del mediodía llegamos a Esna, y comenzamos a escuchar gritos y a observar pequeñas barcas que rodean el crucero, se trata de los vendedores ambulantes que provisto de pequeñas barcas intentan vender pañuelos, manteles y diferentes telas, un autentico espectáculo que puedes disfrutar en mis stories de instagram.
Mientras seguimos divirtiéndonos con las estrategias comerciales de estos vendedores, llegamos a la esclusa de Esna. Una parada obligatoria para salvar los 10 metros de desnivel del rio Nilo.
A las 16.30 llegamos a Karnak , un complejo de templos que con los últimos rayos del sol se muestra majestuoso, en el podemos encontrar columnas que son una maravilla, obeliscos, y diferentes estatuas que lo hacen el templo mas visitado en Egipto, lógico y normal, pues es una maravilla.
Consejo útil: durante la visita veréis guardias y personas en cada rincón, están al acecho de sacar unas monedas por haceros una foto, no os dejéis engañar por ellos.
Y como ya llevábamos muchos días sin entrar en ningún negocio típico, nos llevaron a otra tienda de perfumes, muy parecida a la que visitamos en el Cairo.
Ya con la noche entrada y la ciudad iluminada contemplamos la recién inaugurada Avenida de las Esfinges, que recorre casi 3 km conectando el templo de Luxor con Karnak. En sus laterales podemos apreciar estatuas con cabezas de carneros y esfinges.
Y ya entramos en el templo de Luxor, aunque para realizar fotos no es el mejor momento del día, he de decir que se ve precioso iluminado. Nada mas entrar contemplamos un gran obelisco, y nos transportamos a Paris donde podemos encontrar su hermano gemelo. Seguimos andando y una antigua mezquita elevada en el aire nos muestra hasta que altura estaba enterrado este templo, pero no os cuento mas, es mejor que lo descubráis!
Cuando acabamos la visita regresamos al crucero, estan siendo días llenos de emociones y muy pocas horas de sueño, y eso se va notando.
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